Como hemos visto, esta semana ha estado llena de noticias relacionadas con el campo de la inteligencia artificial.
Se notó que Google presentó repentinamente Gemini, una herramienta de reemplazo para Chat GPT y Gork, una herramienta lanzada por Elon hace apenas unas semanas.
La empresa tecnológica líder en el campo de las búsquedas en Internet, propiedad de la compañía internacional Alphabet, sorprendió a muchos usuarios con este anuncio.
Señalan que su principal novedad es la multimodalidad, ya que está equipado con la capacidad de "analizar con fluidez texto, imágenes, vídeos, archivos de audio y código" en un proceso llamado MMLU, comprendiendo así lenguajes grandes y multitarea. Además, un mismo recurso tecnológico se presenta en tres tipos: NANO (el más sencillo, puede usarse en dispositivos móviles) PRO y ULTRA (este último le da más opciones al usuario).
Por si fuera poco, la UE alcanzará un acuerdo preliminar sobre cierto control sobre los sistemas de IA, aunque aún quedan puntos en común en cuestiones como su uso asociado, en materia de regulaciones y acceso al código fuente.
Este hecho es tanto más importante cuanto que el marco jurídico se basa en negociaciones que se llevan a cabo desde hace más de dos años.
Este podría ser un nuevo comienzo para que países como Estados Unidos y la República Popular China se miren seriamente a sí mismos.
Puede que este sea el momento en el que mucha gente recuerde un concepto tan banal como el mundo y asuma que todo lo que rodea a la inteligencia artificial no es más que puro marketing, nada más que la realidad.
En primer lugar, supongamos que la tecnología relacionada con la inteligencia artificial aún no ha entrado en nuestras vidas de una manera tan radical sino que es algo que lleva un tiempo entre nosotros y que poco a poco va cogiendo fuerza hasta que finalmente deja de funcionar. Para entender el paralelismo que acabamos de mencionar, describiremos la situación en tres aspectos: similitudes, diferencias y coincidencias.
La principal ilusión de perfeccionar la comunicación entre el hombre y la máquina.A medida que los usuarios interactúan con entornos virtuales y avatares en metamundos, la inteligencia artificial busca crear sistemas que puedan comprender y responder tanto a las acciones como al lenguaje humanos. A la vez, los dos hacen uso de metodologías para la creación de contenidos. En el hipermundo, esto puede crear paisajes, objetos o personajes virtuales y, en el caso de la inteligencia artificial, crear contenidos como texto, imágenes o música.
En esta segunda parte podemos encontrar diferencias como las interacciones, mientras que en el supermundo es más interesante. En inteligencia artificial, todas las interacciones con las máquinas se realizan a través de chatbots y/o asistentes virtuales.
También vemos un fuerte enfoque en estas partes: la primera parte se centrará en la creación de mundos virtuales y experiencias colaborativas, la segunda parte cubrirá más aplicaciones como la mecanización de los servicios de cooperación, enjuiciamiento de datos y la solución de problemas.
También pueden hacer uso de espacios virtuales que sumergen a los empleados para simular situaciones de la vida real.
Concretamente esto, servirá en industrias con juicios de gran dificultad o arriesgados, como la industria química o energética. Por otra parte, las sociedades industriales con acciones totales pueden llegar a utilizar dichas herramientas para hacer más amenas la asistencia entre equipos geográficamente desperdigados.
En última instancia, se puede utilizar para visualizar datos industriales complejos de una manera más intuitiva, ayudando a los tomadores de decisiones a comprender mejor la información y así identificar tendencias, temas y temas de manera más efectiva.
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