Las generaciones Z y X son las únicas que han nacido en dos realidades: la real y la virtual. Para ellos, ambas tienen un nivel de realidad muy alto, e incluso, en ocasiones, la virtual puede parecer más real que la otra. Si nos centramos en el mundo virtual, específicamente en las redes sociales más actuales como Instagram y TikTok, que son las más significativas, también podemos incluir a Twitter y Facebook...
En sus inicios, estas plataformas se utilizaban para comunicarse con los demás y compartir fotos, aunque con el tiempo han evolucionado hasta lo que conocemos hoy, donde se usan para fines laborales, como la promoción de todo tipo de empresas, sin abandonar sus usos originales. No podemos negar el gran impacto que han tenido en nuestra sociedad, especialmente en los jóvenes. ¿Pero de qué manera?
Estudios como el de Fardouly, realizado en 2015, concluyeron que el consumo pasivo de redes sociales, es decir, ver fotos y videos sin interactuar, puede reducir la creatividad. Este comportamiento fomenta la comparación, lo que provoca desmotivación en los usuarios, generando una falta de interés por desarrollar y ejecutar sus propias ideas. Otro estudio, como el de Uhls et al., llevado a cabo en 2014, analizó a niños durante un período de 5 días y concluyó que mostraban una mayor capacidad para resolver problemas e interpretar señales sociales. Esto llevó a la conclusión de que un mal uso de las redes sociales podría limitar la capacidad de interacción con el entorno físico y el desarrollo de pensamientos abstractos.
Por otro lado, estudios como el de Kerrigan y Hart, realizado en 2016, demostraron, enfocándose en redes sociales como Instagram y YouTube, que el fácil acceso a estos medios permite a los usuarios inspirarse en contenidos de otros, facilitando la producción creativa. Esto es especialmente cierto en sectores como el marketing, donde las redes brindan más oportunidades para desarrollar actividades. Asimismo, el estudio de Wang et al. En 2017 identificó las redes sociales como un canal para compartir información y contenido valioso.
Tras el análisis de estos estudios, podemos afirmar que las redes sociales tienen dos caras, una más positiva que la otra. Sin embargo, no podemos negar que hoy en día son una parte indispensable de nuestra realidad, tanto en lo personal como en lo laboral, especialmente después del COVID-19. Tras la pandemia mundial sufrida en 2020, muchos comercios y empresas se reinventaron a través de las redes, utilizando estas plataformas para poder llevar a cabo sus servicios, además de crear sus propias páginas web o perfiles en Internet.
En este sentido, podemos decir que un buen uso de las redes sociales puede fomentar y aumentar la creatividad en los jóvenes, mientras que un mal uso, o su uso a edades tempranas, puede tener un efecto negativo.
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