Los Tokens No Fungibles (NFTs) han revolucionado el mundo del arte digital, los coleccionables y los activos digitales. Sin embargo, su aparición también ha planteado interrogantes legales sobre la propiedad intelectual y los derechos de autor. Una de las preguntas más frecuentes es: si compras un NFT, ¿eres el dueño del activo digital en su totalidad o solo de una representación de él?
Un NFT es un certificado digital basado en blockchain que representa la propiedad única de un activo digital. No obstante, comprar un NFT no implica necesariamente adquirir los derechos de autor de la obra asociada. En la mayoría de los casos, el creador original conserva los derechos de explotación de la obra, salvo que haya una cesión expresa de los mismos.
- Un registro en la blockchain que certifica que eres el propietario del NFT.
- Acceso exclusivo o una representación digital de la obra.
- Potencial reventa del NFT en mercados secundarios.
- Los derechos de autor sobre la obra digital.
- Derechos de reproducción, distribución o modificación del activo.
- La posibilidad de usarlo con fines comerciales, salvo que el creador lo permita explícitamente.
En la mayoría de las legislaciones, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, el autor de una obra (ilustración, música, video, etc.) retiene los derechos de autor a menos que los transfiera formalmente a otra persona mediante un contrato. Un NFT, por sí mismo, no implica una cesión de derechos si el contrato inteligente o los términos de la transacción no lo estipulan.
Existen varios casos en los que la venta de NFTs ha generado disputas legales:
1. Hermès vs. MetaBirkin: La marca de lujo demandó a un artista por la creación y venta de NFTs basados en su icónico bolso Birkin, alegando infracción de marca registrada.
2. Miramax vs. Quentin Tarantino: La productora demandó al director por vender NFTs con fragmentos del guion original de "Pulp Fiction", alegando que los derechos comerciales pertenecían a Miramax.
3. Artistas cuyos trabajos han sido convertidos en NFTs sin su consentimiento, lo que ha dado lugar a denuncias por uso no autorizado de obras.
Para los creadores de NFTs, es fundamental asegurarse de que sus derechos de autor estén protegidos desde el principio. Para ello, una de las mejores prácticas es utilizar licencias claras, como las de Creative Commons, o contratos inteligentes que definan específicamente los derechos que se transfieren al comprador. De esta manera, se pueden establecer los límites del uso que puede hacer el propietario del NFT con la obra digital.
Además, antes de tokenizar una obra, es recomendable registrarla en una entidad de propiedad intelectual o utilizar servicios de timestamping en blockchain. Esto proporciona un respaldo legal en caso de disputa y ayuda a demostrar la autoría en situaciones de plagio o uso indebido de la obra digital.
Los compradores también deben tomar precauciones para asegurarse de que no están adquiriendo un NFT con problemas legales asociados. Lo primero es revisar cuidadosamente los términos de la compra y las condiciones establecidas en el contrato inteligente. No todos los NFTs incluyen derechos de explotación sobre la obra digital, por lo que es clave confirmar qué tipo de derechos están realmente incluidos en la transacción.
Asimismo, es recomendable evitar comprar NFTs de fuentes dudosas o de creadores que no puedan demostrar la autoría de la obra original. Verificar la legitimidad del vendedor y la procedencia del NFT puede prevenir futuros problemas legales relacionados con infracciones de derechos de autor o fraudes dentro del mercado de los NFTs.
Adquirir un NFT no significa obtener los derechos de autor sobre la obra digital subyacente. A menos que el creador ceda explícitamente esos derechos, el comprador solo posee un registro digital de propiedad, pero no la explotación de la obra. La regulación sobre NFTs y propiedad intelectual aún está evolucionando, por lo que es crucial que tanto creadores como compradores comprendan las implicaciones legales antes de entrar en este mercado.
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