España frente a una creciente ola de ciberataques: alerta en el sector público y privado

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Durante los primeros meses de 2025, España ha experimentado un incremento alarmante en la actividad cibernética maliciosa, con ataques dirigidos tanto a instituciones públicas como a empresas del sector privado. La advertencia proviene del Centro de Ciberseguridad Industrial de Gipuzkoa (Ziur), que en su informe trimestral ha documentado un aumento significativo en la frecuencia, sofisticación y alcance de las amenazas digitales. Este escenario pone de manifiesto la urgente necesidad de reforzar la cultura de la ciberseguridad a todos los niveles.


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Un contexto de amenzas globales con impacto local


Los ciberataques han dejado de ser incidentes aislados para convertirse en una amenaza constante y transversal. En el contexto actual, los conflictos geopolíticos, la expansión de la inteligencia artificial, la conectividad masiva y la digitalización de servicios críticos han creado un terreno fértil para que actores maliciosos actúen con mayor eficacia y anonimato.


España no ha sido la excepción. Según Ziur, los ataques registrados entre enero y marzo de 2025 superan ampliamente los índices del mismo período del año anterior, afectando principalmente a administraciones públicas, sistemas de transporte, empresas de energía y sectores industriales estratégicos. La mayor parte de los incidentes fueron perpetrados por grupos organizados que operan con motivaciones políticas, económicas o ideológicas.


Grupos organizados detrás de los ataques


El informe de Ziur identifica a varios grupos cibercriminales activos, entre ellos el colectivo NoName057(16), conocido por su actividades en defensa de intereses prorrusos. Este grupo ha intensificado sus operaciones contra infraestructuras digitales en Europa Occidental, empleando técnica de denegación de servicio (DDoS), ataques de phishing y explotación de vulnerabilidades en sistemas mal parcheados.


También se destaca el papel creciente de organizaciones criminales que operan bajo modelos de "ransomware-as-a-service", como los grupos Clop y Akira. Estos actores facilitan herramientas y servicios a terceros interesados en ejecutar ataques de secuestro de datos, ofreciendo incluso asistencia técnica y plataformas de negociación con las víctimas. La profesionalización del delito digital ha alcanzado un nivel que asemeja su operativa a la de una empresa convencional, pero con objetivos ilícitos. 


Ransomware y filtraciones de datos


Uno de los fenómenos más preocupantes del trimestre ha sido el aumento en los casos de ransomware, que consisten en el cifrado de sistemas informáticos para exigir rescates económicos. Según el reporte, se han documentado al menos 33 filtraciones de datos en foros clandestinos y se ha observado un crecimiento del ransomware Ghost, así como actividades del grupo ruso UAC-0063. Ziur subraya que la mayoría de los ataques suceden por errores humanos, especialmente el uso de contraseñas débiles y su reutilización.


El papel de la inteligencia artificial en la ciberseguridad


La inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta clave tanto para los atacantes como para los defensores. Mientras que los ciberdelicuentes utilizan IA para automatizar y sofisticar sus ataques, las instituciones y empresas emplean tecnologías basadas en IA para detectar y mitigar amenazas en tiempo real. La colaboración entre sectores y la inversión en investigación y desarrollo son esenciales para mantener una defensiva efectiva en este entorno digital en constante evolución.


Recomendaciones para fortalecer la ciberseguridad


Expertos en ciberseguridad coinciden en que la respuesta a esta amenaza no puede limitarse únicamente a reaccionar ante los incidentes, sino que debe asentarse sobre una estrategia integral de prevención, preparación y resiliencia.


En ese sentido, uno de los pilares fundamentales es la formación continua del personal. La capacitación en ciberseguridad no debe ser exclusiva de los departamentos técnicos, sino que ha de extenderse a todos los niveles de una organización, desde los puestos directivos hasta el personal administrativo. Muchos de los ataques explotan el desconocimiento del usuario común, por lo que fomentar una cultura de concienciación digital resulta esencial para identificar intentos de phishing, evitar la descarga de archivos maliciosos o reconocer comportamientos sospechosos en los sistemas.


Además, se considera clave la realización periódica de auditorías de seguridad que permiten detectar vulnerabilidades antes de que puedan ser aprovechadas por actores maliciosos. Estas evaluaciones técnicas deben ir acompañadas de simulacros y pruebas de respuesta ante incidentes, que permitan a las organizaciones actuar de manera coordinada y eficaz en caso de sufrir un ataque.


Otro aspecto destacado es la automatización de los procesos de gestión de identidades y accesos. En muchos incidentes recientes, los atacantes lograron acceder a redes internas a través de credenciales expuestas o mal gestionadas. Por ello, implementar sistemas que detecten y revoquen automáticamente credenciales comprometidas, así como políticas robustas de contraseñas y autenticación multifactor, puede marcar la diferencia entre una intrusión menor y una brecha de seguridad crítica.


Asimismo, la colaboración entre el sector público y privado se presenta como una herramienta fundamental. Compartir información sobre amenazas, técnicas de ataque y buenas prácticas en tiempo real permite mejorar la respuesta conjunta ante eventos que, por su naturaleza, trascienden fronteras y competencias. España ya ha comenzado a dar pasos en esta dirección, pero los expertos advierten que aún queda un amplio margen para consolidar esta cooperación interinstitucional.


Finalmente, es necesario que el país apueste de manera decida por el desarrollo de capacidades tecnológicas propias. La soberanía digital se convierte en un factor estratégico en un contexto en el que muchas herramientas de ciberseguridad dependen de proveedores externos. Invertir en la formación de talento local, así como en el diseño y producción de software y algoritmos nacionales, es un paso indispensable para reducir la dependencia y reforzar la defensa ante ciberataques cada vez más sofisticados.


Un llamado a la acción colectiva


La creciente ola de ciberataques que afecta a España en 2025 subraya la necesidad urgente de reforzar las capacidades de ciberseguridad en todos los sectores. La combinación de factores geopolíticos, tecnológicos y humanos ha creado un entorno propenso a las amenazas digitales. Solo a través de un enfoque integral que incluya prevención, detección, respuesta y recuperación, así como una colaboración efectiva entre todos los actores involucrados, será posible mitigar los riesgos y proteger la infraestructura digital del país frente a futuros ataques.


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