Hubo un momento en que el metaverso lo era todo. Se hablaba de oficinas virtuales, conciertos inmersivos, tiendas 3D y una revolución digital que cambiaría para siempre la manera en que nos relacionamos con las marcas. Empresas como Meta, Nike o Gucci entraron con fuerza en entornos como Decentraland, Roblox o Spatial. Pero tras el boom inicial, la atención mediática se desinfló.
¿Fue solo una moda? ¿Se ha convertido el metaverso en un desierto digital? No del todo. Aunque el “hype” ha bajado, el marketing en el metaverso no ha muerto. Simplemente, ha evolucionado. Y lo que queda es más realista, más centrado en el usuario… y en algunos casos, rentable.
En la primera ola del metaverso, muchas marcas apostaron por campañas espectaculares, pero poco sostenibles: desfiles de moda virtuales, NFTs sin utilidad o experiencias “bonitas” pero con poco retorno. Hoy, las estrategias que sobreviven comparten un denominador común: aportan valor real al usuario.
Ya no se trata solo de estar, sino de crear experiencias con propósito, medibles y alineadas con los intereses de comunidades digitales muy específicas.
Roblox se ha consolidado como un entorno ideal para marcas que quieren conectar con la generación Z y Alfa. Pero no funciona cualquier cosa. Las campañas exitosas se basan en la gamificación: convertir la interacción con la marca en un juego.
Ejemplo real: Nike lanzó “NIKELAND”, un espacio donde los usuarios pueden personalizar su avatar con prendas de la marca, competir en desafíos deportivos y ganar premios digitales. La clave del éxito: la experiencia es divertida por sí sola, con o sin interés por Nike.
Aunque ha perdido usuarios activos desde su pico más alto, Decentraland sigue siendo atractivo para eventos puntuales que mezclan arte, moda y tecnología. Aquí, el valor está en el simbolismo y en la capacidad de crear comunidades alrededor de valores compartidos, como la innovación o la descentralización.
Ejemplo real: Metaverse Fashion Week sigue reuniendo a diseñadores y marcas de lujo que buscan diferenciarse con propuestas visuales impactantes y alianzas con creadores digitales.
Spatial ha dado un giro interesante al centrarse en el trabajo colaborativo, exposiciones digitales y networking profesional. Para marcas B2B, educación o consultoría, se está convirtiendo en un entorno útil para presentaciones, reuniones y demostraciones de producto.
Ejemplo real: agencias creativas y tecnológicas lo usan para presentar proyectos en salas virtuales, permitiendo a sus clientes "pasear" entre los materiales como si estuvieran en una exposición real.
1. Experiencias jugables: el entretenimiento es clave. Las campañas que convierten a los usuarios en protagonistas, con misiones, recompensas o desafíos, generan mayor engagement.
2. Eventos temporales y exclusivos: la escasez y el “ahora o nunca” siguen siendo herramientas poderosas. Las marcas que lanzan activaciones por tiempo limitado consiguen una atención más intensa.
3. Identidad digital personalizada: ofrecer skins, avatares o elementos de personalización gratuitos o coleccionables sigue siendo un gancho eficaz, sobre todo si tienen valor social dentro del entorno.
4. Alianzas con creadores virtuales: colaborar con artistas digitales, influencers del metaverso o diseñadores 3D es una forma eficaz de entrar en las comunidades ya existentes sin parecer invasivo.
5. Analítica real y objetivos claros: las marcas que miden no solo las visitas, sino también la interacción, la conversión y la experiencia de usuario, están ajustando sus campañas con mejores resultados.
El marketing en el metaverso ya no se trata de perseguir tendencias, sino de entender comunidades digitales y ofrecerles algo más que espectáculo. Las plataformas siguen activas, pero el enfoque ha cambiado: ahora prima la utilidad, la creatividad con propósito y la integración con el mundo real.
Las marcas que entiendan esto , y actúen con inteligencia, sin buscar titulares vacíos, pueden encontrar en el metaverso una oportunidad real para destacar, conectar y fidelizar.
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