La desconexión digital durante las vacaciones puede convertirse en una trampa si no se toman precauciones básicas. Expertos en ciberseguridad alertan del aumento de fraudes, robos de identidad y ataques informáticos durante el periodo estival.
Con el inicio de las vacaciones de verano, millones de personas se lanzan a viajar, compartir fotos en redes sociales o conectarse a redes Wi-Fi abiertas sin prestar demasiada atención a los riesgos. En paralelo, los ciberdelincuentes aprovechan esta relajación para lanzar ataques dirigidos tanto a particulares como a empresas.
Según datos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), los meses de verano suelen coincidir con un repunte en los incidentes relacionados con accesos no autorizados, fraudes online y suplantación de identidad. “El verano es una oportunidad para quienes buscan explotar descuidos digitales. Muchas personas se conectan desde dispositivos ajenos o redes públicas sin tomar medidas básicas de protección”, explican desde el organismo.
Uno de los errores más comunes es conectarse a redes Wi-Fi públicas en aeropuertos, cafeterías u hoteles. Aunque resultan prácticas, suelen carecer de medidas de seguridad robustas, lo que facilita a los atacantes interceptar datos personales o credenciales bancarias.
Los expertos recomiendan evitar este tipo de conexiones para acceder a servicios sensibles como banca online o correos de trabajo. En su lugar, proponen el uso de VPN (redes privadas virtuales), que cifran el tráfico y protegen la navegación del usuario incluso en entornos no seguros.
El teléfono móvil se ha convertido en la principal herramienta de conexión durante las vacaciones. Sin embargo, muchas personas desactivan medidas de seguridad como el bloqueo automático o las actualizaciones del sistema para ganar comodidad, algo que puede tener consecuencias graves.
“Tener el sistema actualizado y el doble factor de autenticación activo son barreras fundamentales ante accesos indebidos”, advierte Raquel Rodríguez, consultora en seguridad digital. También recomienda evitar la instalación de apps fuera de tiendas oficiales y no usar cargadores públicos, ya que podrían ser utilizados para inyectar malware mediante técnicas como el juice jacking.
Compartir imágenes en tiempo real del destino vacacional puede poner en riesgo la seguridad del hogar o facilitar robos de identidad. “Publicar que estás fuera de casa puede alertar tanto a ladrones físicos como a estafadores digitales”, recuerda la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
La recomendación general es esperar a regresar para publicar contenido vacacional o, al menos, revisar bien los ajustes de privacidad para limitar quién tiene acceso a esas publicaciones.
Realizar una copia de seguridad antes de salir de viaje puede ser la diferencia entre un susto y una tragedia digital. En caso de pérdida, robo o daño del dispositivo, contar con un backup actualizado permite recuperar contactos, fotos o documentos importantes.
Se aconseja combinar una copia local —por ejemplo, en un disco duro externo— con una en la nube, y mantener ambas cifradas y protegidas por contraseña.
Las estafas relacionadas con reservas falsas, billetes fraudulentos o alquileres inexistentes aumentan durante el verano. Muchas veces se presentan a través de correos electrónicos falsos que simulan ser de aerolíneas u hoteles, o mediante webs que imitan a plataformas de confianza.
El verano debería ser sinónimo de descanso, pero también es necesario mantener una mínima vigilancia digital. Las empresas, por su parte, deben asegurar que sus empleados cuentan con pautas claras si acceden a sistemas corporativos desde fuera, y reforzar sus protocolos de seguridad interna durante estos meses.
Mientras tanto, los usuarios particulares tienen en su mano herramientas y conocimientos básicos que pueden evitar sustos mayores: usar contraseñas robustas, activar mecanismos de seguridad biométrica y, sobre todo, aplicar el sentido común.
La ciberseguridad no se toma vacaciones. En un mundo cada vez más conectado, desconectar sin protegerse puede salir caro. Adoptar medidas preventivas no solo es sencillo, sino imprescindible para que las vacaciones no acaben en un disgusto digital.
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